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Sobre Vic, el padrón y los inmigrantes

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Cos

Ousama en la ‘ciutat dels Sants’

 

El 13 de diciembre de 2009 Ousama fue a votar por primera vez desde que llegó a Vic. Lo que se decidía en las urnas era el referéndum por la autodeterminación de Catalunya. La ciudad de Vic acogía este referéndum donde permitía el voto a todos sus ciudadanos mayores de 16 años con independencia de su lugar de origen, de su color de piel, de su sexo y de su culto.

En declaraciones a la prensa, el alcalde de Vic, Josep María Vila, señalaba que “el derecho a la autodeterminación es un derecho adquirido por todos los ciudadanos” del municipio. El mismo Joan Laporta, presidente del F.C. Barcelona, fue la noche anterior a los actos de clausura de campaña a favor del ‘Sí’.

Ousama estuvo allí, escuchó al alcalde y al presidente del Barça, y a muchos otros que fueron a celebrar un acto de “aplastante normalidad democrática”, en palabras del alcalde esa misma noche. Lo que Ousama desconocía era que pasado un mes, ese mismo alcalde anunciaría la intención de impedir el acceso al padrón municipal, y por tanto, el acceso a derechos básicos como la sanidad y la educación a los inmigrantes sin visado que residían en el municipio. Ousama empezó a sentirse contrariado, extraño en su propia casa.

La niebla, fenómeno climatológico típico de la ciudad, le resultaba cada vez más asfixiante. Como Laura, la protagonista del libro escrito por Miquel Llor (Laura a la ciutat dels Sants, 1931), que se ocupa de retratar un Vic opresivo, moralizante y hostil hacia a los otros. Lo primero que vino a la cabeza de Ousama fue pensar por qué en Vic, y no en otra ciudad, se propone tal medida claramente racista, xenófoba y totalmente irresponsable.

Históricamente la ciudad de Vic ha sido un feudo del catalanismo conservador y de la derecha religiosa. Esa hegemonía se hace evidente a partir de 1932 y supone una diferencia con el resto de ciudades medianas de Catalunya. Es un hecho histórico que en las elecciones de 1936 fue Vic el único municipio de toda Catalunya donde el Frente Popular que agrupaba a las izquierdas no ganó las elecciones. En la actualidad, Vic tiene un Gobierno tripartito, pero a diferencia de la mayoría de gobiernos tripartitos que están presentes en los ayuntamientos de Catalunya (compuestos por PSC, ERC e IC) éste lo componen CiU, PSC y ERC.

Otro fenómeno ha puesto a Vic en el mapa de singularidades políticas de Catalunya: la presencia, como segunda fuerza política en el consistorio, del partido Plataforma per Catalunya (PxC). Partido racista, xenófobo y conservador que tiene como líder a un tal Josep Anglada, oriundo de la misma ciudad. A diferencia de otros fenómenos de neofascismo en Europa, como el caso del lepenismo francés que tiene su base electoral en los cinturones rojos metropolitanos, el caso de PxC sólo tiene base electoral en algunas ciudades medianas de la Catalunya interior (con historia política conservadora y fuerte peso de lo que se conoce como derecha de orden). Por ello podemos decir que el fenómeno de PxC se asemeja más a un partido fascista del siglo pasado que a una experiencia neofascista- posmoderna.

No es de extrañar que durante el último pleno del Ayuntamiento de Vic, donde se discutía la propuesta de prohibir el empadronamiento a los inmigrantes sin visado, el portavoz de PxC y líder del mismo, Josep Anglada, dijera textualmente: “Los inmigrantes ilegales no tienen que tener ningún derecho en nuestra ciudad ya que no aportan nada bueno, sólo delincuencia y gasto social”. Llegados a ese punto podemos situar esta medida en un intento de captar voto del PxC por parte del tripartito, atribuida a un supuesto miedo al fenómeno PxC. Un miedo que recuerda claramente al mismo temor que alegó Von Pappen en el momento que ofreció la cancillería de la República de Weimar a Hitler y así asegurar el orden y la gobernabilidad de la república.

Lo que más sorprende es que detrás de esta medida se encuentra el respaldo de partidos de la izquierda catalana como son PSC y ERC. Este hecho nos lleva a pensar que hay una falta total de ideas a la hora de gobernar la ciudad y que esa medida, aparte de racista y xenófoba, es también fruto de la inutilidad y el electoralismo homicida para repartirse el pastel electoral en las próximas municipales.

Ousama, como antes Laura y muchos otros, hace tiempo que vienen a Vic para hacer de la suya una vida mejor. Muchos migrantes han llegado a Vic a trabajar en el potente sector agroalimentario del “fuet de Vic”, un tipo de sector que en toda España se caracteriza por altas tasas de explotación y negación de derechos elementales. Si añadimos esto a una política institucional claramente xenófoba, nos viene a la memoria aquella frase de “el trabajo os hará libres” que presidía la entrada de uno de los lugares mas sórdidos y asquerosos de la historia del siglo XX, momento clímax de la tecnología fascista.

Frente a las pasiones tristes y los bucles fascistoides del Ayuntamiento de Vic, cabe la esperanza de que la otra Vic, la de Ousama, Laura y muchos más, que nos consta que existen, hagan lo posible para que no se vuelvan a repetir este tipo de propuestas. Ellos sí son la ciudad del futuro, de Vic, de Catalunya y de Europa.

 

QUIM GUITART, publicado en Periòdicao Diagonal, Martes 9 de febrero de 2010.  Número 119 http://diagonalperiodico.net/Ousama-en-la-ciutat-dels-Sants.html